Por Betza Clemente
Comenzaba el 2020 todo pintaba quizá para no ser el mejor año en cuestión económica, pero los mexicanos somos bien optimistas y sabemos que aunque las circunstancias y los números no nos favorezcan, nos toca sacar la casta y luchar.
Se escuchaba de un virus y decíamos «no nos llegará y si llega el calor lo mata, la salsa, etc. » y así miles de ocurrencias, como las mismas ocurrencias que dice el presidente de sus estampitas. El virus atacaba e invadía el mundo entero tal cuál como película de Hollywood y por alguna extraña razón los mexicanos seguíamos sintiendo que eramos un sector privilegiado y el gobierno nos reforzaba esa idea. Nos invitaban a seguir saliendo, dieron permiso para uno de los más grandes festivales como lo es el vive latino, en México seguía sin pasar nada hasta que el virus nos alcanzó e indudablemente nos rebasó, nos agarró confiados, nos pilló incrédulos y nos pescó con el peor capitán en el peor momento. En mayo las noticias decían «hemos domado a la pandemia» lo dijo el mismo que toda la pandemia no ha usado cubrebocas, el mismo que no aceptó gel antibacterial, el mismo que Gatell lo bautizó con fuerza moral. Ese mismo que encabeza un gobierno que mide el Covid por semáforo (semáforo, que parece las aguas del chavo del ocho es verde, pero en realidad es rojo y nunca dejó de ser rojo).
Y ahora no, no pidan más del gobierno, porque de verdad si esto se lo hubieran tomado con la seriedad desde el día uno, quizá otra sería la historia, porque si el presidente pusiera el ejemplo a sus seguidores con el uso de cubrebocas, quizá otra sería la historia y porque hasta para las vacunas nos estan quedando mal.
Este 2020 nos ha arrebatado sueños, trabajos, pero lo más importante se ha llevado vidas y, en ésta tarde que escribo ésta columna quiero pedir un minuto de silencio porque «ésta tarde vi llover, vi gente correr y no estaban 120 mil personas»
El Tiempo
