Rafa Sarmiento asegura que no quiere causar problemas, sino lograr que la gente sea tolerante y empática con las personas que son autistas.
“Tener un nene con una discapacidad es ser juzgado todos los días, y es bien desagradable y es bien difícil pero es lo que nos toca, terminas porque te den igual las miradas de la gente. Nadie sabe lo que pesa la mochila más que quien la lleva cargando», señala el conductor Rafa Sarmiento.
El comunicador y su esposa, la también conductora Jimena Pérez, «La Choco», se han enfrentado en más de una ocasión a malos momentos a causa de la ignorancia que existe alrededor del autismo.
La pareja tiene dos hijos, el mayor de nombre Iker y el menor Iñaki, este último ubicado dentro del espectro autista. Apenas el fin de semana pasado Sarmiento compartió a través de sus redes sociales que les negaron la entrada a un restaurante de comida japonesa en México por llevar un perro de asistencia que ayuda a su hijo a estar tranquilo, lo cual calificó de discriminación.
Pero esto se suma a la lista: hace poco más de un mes la pareja descalificó los comentarios que el expresidente de México Vicente Fox hizo al utilizar la palabra «autista» de forma despectiva y el año pasado, en su hogar en España, Rafa fue criticado y atacado por salir a la calle con el pequeño durante la pandemia aunque el gobierno de ese país lo había permitido por ser una necesidad del menor.
Si bien continúa recibiendo críticas y ataques por redes sociales, Rafa Sarmiento asegura que seguirá alzando la voz por su hijo (y a la vez por las personas con autismo):
“Ya sé que puedo parecer insoportable (pero) cada vez que mi hijo tenga algún tipo de dificultad, de discriminación, de malas caras, de insultos, de malas utilizaciones de los términos de autismo y discapaciddad… cada vez que pase eso me voy a poner igual de insoportable», dice en exclusiva para EL UNIVERSAL.
«No vengo aquí a agradarte, vengo a pelear por mi hijo y lo voy a hacer toda la vida aunque les parezca insoportable».
Para Sarmiento es triste ver que en el país no estamos listos y todavía no logramos el nivel de empatía necesario para poder entender a las personas dentro del espectro autista. Señala que en redes como Twitter le han dicho que lucra con la salud de su hijo por hacer público lo que vivieron en el restaurante, lo cual es inaudito.
«Yo no sé de qué forma me puede traer un beneficio o puedo yo obtener algo a cambio de esta situación que estoy viviendo. Como si alguien me fuera a pagar por reclamar que los perros de servicio tienen que entrar y ser incluidos y que se cumpla la ley yo voy a obtener a cambio una remuneración o algún tipo de beneficio, es que es hasta insultante».
¿Qué sucedió en el restaurante?
Rafa explica que en una plaza comercial en Acapulco iban cuatro adultos, dos niños y el perro llamado Wasabi identificado con un peto con las siglas PSNA (Perro de Servicio a Niño con Autismo) y aunque traían todos los papeles de certificación del perro y les dijo que en la Ley Federal de Protección al Consumidor se establece que no pueden prohibir la entrada a un perro de asistencia les negaron el acceso al restaurante japonés.
Después de hacer público lo que vivieron se comunicó con él uno de los directivos de la cadena restaurantera para aclarar lo que sucedió, mismo que aceptó el error y prometió capacitar mejor a su personal sobre inclusión, perros de servicio y normas de higiene.
«Le dije ‘le suplico que no haya una represalia para los empleados porque me queda clarísimo que no fue con dolo, personal, por hacerme sentir mal’. Desde el principio que hablamos y les dije que era la ley me di cuenta que no tenían ni idea y le dije ’eso de alguna forma también es responsabilidad de ustedes como grupo: otorgar capacitación’», detalla Rafa.
“Yo con eso me quedo contento, No quiero un café, que me invite una copa, no quiero una cena gratis, quiero que eduquen al staff para que no vuelva a ocurrir un acto como el que tuvimos que comernos.
La familia Sarmiento-Pérez considera este como un triunfo al conseguir una visibilización y sensibilización y que un grupo restaurantero explique a sus empleados cómo son los perros de servicio con las personas que son autistas; estos perros de asistencia tienen un entrenamiento especializado.
. Explica que existen tanto para discapacidad visual, auditiva, autismo, diabetes, epilepsia, etc.
El tema ya quedó cerrado y no habrá una denuncia ni cuestiones legales, aunque sí comparte que varios despachos lo contactaron para ofrecer su apoyo en caso de necesitarlo.
«Les di las gracias, no quiero causar problemas, quiero cambiar cosas, nada más, no quiero destruir, quiero construir, no quiero incendiar, quiero proteger y para mí es mucho más valioso el haber tenido esta conversación de media hora con uno de los dirigentes de la administración del restaurante que ir a un despacho y se maneje esto en una corte», dice Rafa Sarmiento.
«No pretendo caerle bien a todo el mundo, pretendo cambiar las cosas para mi hijo y para el millón 200 mil personas con autismo en México. Ahora son niños, nos tienen a nosotros detrás, pero cuando sean adultos quisiera al menos que haya un camino menos espinoso y que puedan ser aceptados, bienvenidos, escolarizados, laborables, incluidos».
Información: El Universal