El consumo excesivo de alcohol entre adolescentes y jóvenes adultos es moderado en México. Sin embargo, sus posibles consecuencias son contundentes: reduce el crecimiento del cerebro en desarrollo.
Un nuevo estudio de la Universidad de Ciencia y Salud de Oregon demostró que el consumo exagerado de alcohol reduce la tasa de crecimiento del cerebro en 0.25 mililitros por año, resultado de cada gramo de alcohol consumido por kilogramo del peso corporal.
En términos más comprensibles: si un humano bebe cuatro cervezas al día en su juventud, su cerebro se reduciría en 0.025 mililitros cada año.
Para encontrar estos resultados, se midió el crecimiento del cerebro de 71 monos (macaco Rhesus) que consumieron alcohol a través de imágenes de resonancia magnética.
Se midió la ingesta, dieta, horarios y atención médica, con el fin de descartar otros factores que tienden a confundir los resultados en estudios con personas.
La investigación determinó que el cerebro de estos monos crece un mililitro por cada 1.87 años. El consumo de alcohol inhibe este crecimiento por 0.25 mililitros.
La ingesta de alcohol disminuye el volumen de ciertas áreas del cerebro, principalmente de la materia blanca y el talamo subcortical, que afectan como aprende y funciona el cerebro, filtrando estímulos entre comunes o no.
Sin embargo, estudios previos han demostrado que el cerebro tiene la capacidad de recuperarse, al menos en parte, al dejar de tomar alcohol, de acuerdo con Tatiana Shnitko, Ph. D., profesora en la División de Neurociencias en el Instituto de Nacional de Estudios de Primates en Oregon.
Aún no está claro si habría efectos secundarios a largo plazo en funciones mentales cuando el cerebro termine su proceso de crecimiento.
Entre las teorías más repetidas por los científicos sobre el impacto del alcohol a largo plazo están el aprendizaje ralentizado, o la experimentación de menos sensaciones.
Con información de Noticieros Televisa