Un intento fallido de sacar provecho y un presunto extorsionador parecen estar detrás de las publicaciones circuladas en redes sociales en contra del coordinador de Comunicación Social del Congreso del Estado, Aldo Valerio Zamudio.
En legítima defensa a través de su cuenta de Facebook, el funcionario respondió haciendo coincidir las “calumnias, infundadas e imprecisas”, con un correo electrónico que le envió un tal “Juan Tirado”, oscuro personaje “al que anteriormente ya se le ha atribuido haber sido encargado de prensa de un exgobernador de Veracruz, no me consta, pero el historial mediático así lo señala”.
Execrables tanto la intención como el contenido y la forma en que este sujeto, cobarde al no dar la cara y esconderse tras un alias, hace gala de ruindad, cinismo y perversidad en unas cuantas líneas. Actitud condenable y merecedora de una investigación que dé con el responsable para que asuma las consecuencias de sus actos.
Hace unos meses, en su cuenta en Twitter, desde el Reclusorio Norte, otro también exgobernador de Veracruz expuso haber sido objeto de extorsión precisamente por el mismo sujeto mediante un correo electrónico atribuido a Francisco Vicente Rodríguez, que se escondería detrás del pseudónimo de “Juan Tirado”.
Se trataría, pues, de un alguien que ha hecho de la extorsión su modus vivendi. Esta conducta, esta mecánica, esta forma violenta y agresiva, que se repite persiguiendo el mismo fin, por la probable comisión de un delito, debe tener un seguimiento que haga efectiva la acción de la justicia.
En su respuesta a través de Facebook, Aldo Valerio aseguró que “mi conciencia está tranquila y muy complacido con la labor que desempeño, y sé que al final de esta LXV Legislatura entregaré buenas cuentas como siempre me he conducido, con rectitud y responsabilidad”.
Son tiempos electorales en los que sujetos de la peor calaña muestran su ruindad con tal de sacar provecho a costa de lo que sea. Sí, de lo que sea.
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