Luis Ortiz
Veracruz, Ver., 31 de diciembre de 2018.- Rellenos de trapo, papel o aserrín, los “viejos” son una tradición que nació en el puerto de Veracruz cuando trabajadores de los muelles iniciaron una protesta haciendo ruido con latas, cencerros y tapaderas de metal, ya que no recibían aguinaldo o algún beneficio por las fechas.
Javier Flores, comerciante de viejos, comentó que “los viejos cuestan entre 250 y 350 pesos. Año con año, los vendemos; están hechos de ropa y papel”.
Por tradición, veracruzanos colocan frente a sus casas un muñeco con la imagen de un viejo para representar al año que termina, y se le coloca un letrero con la leyenda “Una limosna para este pobre viejo, que ha dejado hijos para el año nuevo”.
“Más o menos empiezan a venderse bien el 31 de diciembre. Vendemos como 100 viejos más o menos. A la gente le gusta. Nos piden cohetes, pero están prohibidos, sólo vendemos el viejo y ellos sabrán si los rellenan o consiguen cohetes por otros lados”.