Michael Jordan hacía bullying a sus hijos jugando basquetbol

© Editorial Medio Tiempo Michael Jordan junto a su hijo Marcus, además de jugando en el Dream Team. (Mexsport)

Michael Jordan es asociado al triunfo y éxito, es el mejor basquetbolista y uno de los mejores deportistas de la historia, pero todo eso conlleva un precio, que en su caso es una «obsesión» por ganar que lo llevó a comportarse como un bravucón con sus propios hijos en el basquetbol.

Jeffrey y Marcus Jordan son los dos herederos varones de Su Majestad, los mayores de los cinco hijos que tiene en dos matrimonios, y fueron ellos quienes vivieron la época más importante de su padre, que los exigió al máximo en su sueño de seguir los pasos familiares en la NBA, a la que finalmente nunca llegaron.

«Nos trataba como si fuéramos sus compañeros de los Bulls y no sus hijos. Es una fiera competitiva, no distingue el escenario, recuerdo que en más de una ocasión jugamos uno contra uno y se ponía tan competitivo que yo le llamaba a mi mamá para pedirle que lo detuviera», contó Marcus Jordan a NBC.

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¿Por qué Michael Jordan está obsesionado con ganar?

La obsesión por ser siempre ganar data de la niñez de Michael Jordan, quien así lo revela en The Last Dance al explicar que todo comenzó como una competencia de hermanos que -inconscientemente- se trataba de ganar el respeto y cariño de su difunto padre, James Jordan.

«Hay un precio que pagar para ganar, para ser el mejor. Yo fui ese hombre que empujó a los compañeros cuando no querían que los empujaran, el que les gritó e insultó cuando no querían escucharlo. Pensarán que soy una mala persona, pero yo así aprendí a tener el éxito», declaró.

Durante el documental se narran varias memorias de Jordan comportándose como un «cretino», así lo definió su excompañero, Will Perdue. Entre las víctimas de bullying de Su Majestad estuvieron Jud Buechler, Scott Burrell y Steve Kerr, todos con quienes compartió en los Chicago Bulls.

Con información de Medio Tiempo