La ofrenda en la Plaza de la Constitución abrió ayer al público y permanecerá hasta este martes de 14 a 22 horas. Foto Víctor Camacho© Proporcionado por La Jornada La ofrenda en la Plaza de la Constitución abrió ayer al público y permanecerá hasta este martes de 14 a 22 horas. Foto Víctor Camacho 

Vanessa Bohórquez, titular de la Secretaría de Cultura local, explicó a La Jornada que se trata de un ejercicio por regresar a la tradición. No busca ser un espectáculo o una imagen producida con lo contemporáneo. Son expresiones de aquellos pueblos que han venido desde distintas zonas de la República a representar las ofrendas originarias.

Agregó que para ello reúne 20 comunidades actuales y siete espacios para los señoríos que existían en la cuenca de México a la llegada de los españoles, tribus nahuatlacas cuya interpretación corrió a cargo de la comunidad de los Pilares y los Faros capitalinos. Ellos rinden este homenaje a nuestro pasado de manera distinta.

La vigorosa festividad en México provoca la avidez en los capitalinos y visitantes de ver la ofrenda en la Plaza de la Constitución, que estará abierta hasta mañana de 14 a 22 horas. A minutos de su inauguración, los asistentes ya copaban el espacio disponible y disfrutaban la materialización de los ritos.

En el centro del área de las ofrendas, en el oriente de la plancha del Zócalo, se puede dar una mirada rápida a los espacios creados por representantes de comunidades de Chiapas, Oaxaca, Hidalgo, Morelos, Puebla, Yucatán y otras entidades. El brillo del cempasúchil, en amarillo o naranja, está presente en casi todos los altares, así como el morado de las flores de terciopelo, y los incensarios ardientes bajo el sol de mediodía.

El área de los señoríos prehispánicos matlatzinca, tecpaneca, tlalhuica, malinalca, acolhua, xochimilca, chalca y mexica está construida con papel picado y barro, donde destacan los glifos propios de esos pueblos, así como máscaras de barro, estandartes y elementos valiosos en su cultura.

Comunión poderosa

Bohórquez destaca el programa musical paralelo, en el que participan agrupaciones juveniles, la Orquesta Típica y la Filarmónica de la Ciudad de México, además de Son Rompe Pera, la Danzonera de Felipe Urbán, el Coro Acardenchado y las artistas María Reyna, Carmen Ruiz y Jennifer Sierra, entre otras .

Es un programa muy amplio que se une al espacio, ombligo de nuestra ciudad, e invita a que nos reunamos con nuestras tradiciones y con la forma más pura en la que nos encontramos con nuestros seres queridos que se han adelantado, añadió la funcionaria.

Refirió que a diferencia de otros años, lo monumental y valioso son nuestras tradiciones: En el Centro Histórico tenemos más de 150 ofrendas grandes hechas con distintas comunidades de la zona, más el desfile, lo que se está haciendo en la primera sección de Chapultepec y los talleres en el corredor cultural del Centro Histórico.

La titular de Cultura mencionó la comunión poderosa para recordar a los seres queridos que hemos perdido desde 2020. En el centro del recinto temporal se estarán proyectando más de mil fotografías enviadas por particulares a la Secretaría de Cultura federal para recordar a sus seres queridos.

Una de las áreas más vistosas es la que conjuga a cuatro comunidades de Oaxaca, en la que se aprecian panes característicos, inciensos, ceras, dulces, frutas, fotografías e imágenes sagradas, así como fotos, totopos, objetos de barro, tamales, calabazas, diversos platillos y bebidas.

Saltan a la vista los colores, se pueden imaginar los sabores y los olores se perciben mediados por los cubrebocas; se nota la larga data de los elementos que componen cada altar, la manera en que se unieron distintas formas rituales y religiosas a la vida. Alrededor, integrantes de las comunidades ostentan sus vestuarios tradicionales y se escucha la música que acompaña esta celebración dedicada a de los fallecidos.

Sandra Gómez, del Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas, explicó que de Oaxaca tienen muestras de altares chatino, del Istmo, mazateco y mixtecos, con similitudes en cuanto a comida y variantes; por ejemplo, de la costa en el Istmo ponen cocos; los mazatecos, tamales, maíz y totopos; los mixtecos colocan panes con caritas que simbolizan a los muertos.

Con información de La Jornada