En 2007, Vanner y su esposa se sometieron a un tratamiento de FIV debido a complicaciones para poder tener un segundo hijo por su cuenta. Tras conocer los resultados del test, se comunicaron con la clínica, la cual les confirmó que el óvulo de Donna había sido confundido y fertilizado accidentalmente con el esperma de un extraño.
Donna afirmó a la cadena ABC4 que se dio cuenta de que algo iba mal cuando los resultados indicaron que su hijo mayor era solo medio hermano de su hijo menor. Por su parte, Vanner vio las conclusiones del análisis y no pudo comprender lo que pasaba.
“Cuando miré esa página y vi que Donna aparecía como la madre y yo como padre desconocido, pensé qué querían decir con padre desconocido, si yo soy su padre”, afirmó en entrevista.
La pareja tomó la decisión de buscar al padre biológico de su hijo, sin embargo, antes decidieron contarle la verdad al niño.
“Hemos tenido que superar muchas emociones. Primero, la de separar de este tema el amor que tenemos por nuestro hijo que no ha cambiado. Y a la vez, seguir lidiando con el problema”, afirmó Vanner.
Tras una ardua búsqueda lograron identificar al donante accidental y comunicarse con él para decirle lo que había pasado. Actualmente, ambas parejas están en un proceso de emprender acciones legales en contra de la clínica de fertilidad.
“Es tremendamente inadecuado. Y a medida que pasamos por ese proceso pensé que, debido a la gravedad del tema, sería abordado de manera diferente o con más cautela, pero no lo fue”, dijo Vanner.
Con información de Quinto Poder