Por Paola Domínguez

Que no equivoquen los diputados que ganaron por Morena, pensando que el triunfo lo obtuvieron ellos. No es así, los electores decidimos votar por lo que realmente representa la ideología del Movimiento de Regeneración Nacional y que está cumpliendo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Esa ideología nos hizo votar de manera abrumadora a favor de esas fórmulas, porque a los hombres y mujeres que se inscribieron como candidatos, en muchos de los casos, ni siquiera los conocíamos.

Los diputados de Morena y sus satélites que llegaron del PES y del PT están en el Congreso local porque así lo decidimos el grueso de los veracruzanos, así es que ahora no nos salgan con que ya lo pensaron bien y se van con otro partido o se dicen independientes.

Podría hablar de muchos casos, pero el terrible ridículo que hacen los diputados Erik Ivan Aguilar López y Gonzalo Guizar Valladares, de los distritos de Misantla y Coatzacoalcos, respectivamente, los exhibe de manera grotesca.

Se colgaron de las valencianas de Andrés Manuel López Obrador y de Cuitláhuac García Jiménez, el carisma de estos políticos los colocó primero en las boletas y después en el triunfo, pero ahora después de tres meses se olvidan de sus representados y adoptan otra ideología, la que más les conviene para continuar en el pantano de la corrupción.

No tienen convicción, no tienen proyecto, no tienen ideales, no tienen nada.

La deslealtad es su común denominador y por eso hoy se les acusa de traidores a Morena. Se les acusa de venderse al mejor postor y se les acusa de ser los mercenarios de la política, porque son débiles y presa fácil del dinero.