Brasil es el mayor exportador de carne de vaca del mundo, enviando a 154 países. | Captura© Proporcionado por Milenio Brasil es el mayor exportador de carne de vaca del mundo, enviando a 154 países. | Captura

«La industria cárnica de Brasil está causando un daño global tanto a los animales como a nuestro planeta. Los incendios provocados están arrasando los ecosistemas del país, devastando el medio ambiente. La ganadería industrial es responsable y los gobiernos de todo el mundo deben actuar ahora para impedir que esto siga sucediendo», dijo Dulce Ramírez, directora de Igualdad Animal México.

La ONG afirma que este trabajo documental pone de manifiesto cómo la deforestación y los incendios ilegales provocados en las regiones del Pantanal y el Cerrado son una consecuencia directa de la industria brasileña de producción de carne y soya, en constante expansión y poco regulada.

En el Pantanal, que es la llanura aluvial continua más extensa de la Tierra, en el año 2020, se quemó intencionalmente el 29 por ciento de su superficie, equivalente a 6 millones de campos de fútbol americano, Mientras que el Cerrado, la sabana con mayor biodiversidad en el mundo, ha sido deforestado en 50 por ciento, un área equivalente al tamaño de Inglaterra, Italia, España y Portugal, juntos.

Según una investigación de MapBiomas, el 99,8 por ciento de la deforestación en Brasil el año pasado mostraba signos de actividad ilegal.

La producción cada vez mayor de carne y soya para alimentar animales, es la principal causa de la destrucción de los bosques y humedales brasileños y la falta de regulación en la industria de producción de carne de vaca en este país no solo está impulsando la destrucción del medio ambiente, sino que también causa sufrimiento a las vacas que se matan para obtener carne.

Brasil es el mayor exportador de carne de vaca del mundo, enviando a 154 países.

En 2020, se mataron más de 44 millones de vacas, el 20 por ciento de las cuales se exportó a los estantes de los supermercados y a los restaurantes del extranjero. Sin embargo, las leyes actuales de Brasil no protegen a estos animales de las prácticas abusivas.

En 2019, Igualdad Animal investigó la región del norte de Brasil, junto a la selva amazónica, y descubrió que las vacas de las zonas deforestadas eran apaleadas hasta la muerte con mazos en mataderos que operaban ilegalmente. Varias de estas granjas han sido vinculadas a los principales procesadores de carne de Brasil, JBS, Marfrig y Minerva.

Actualmente, no existe un sistema de seguimiento que controle toda la cadena de producción de carne de vaca, por lo que es imposible saber si los animales se han criado en una zona deforestada ilegalmente. En consecuencia, las vacas criadas en estas zonas pueden ser enviadas directamente a estos mataderos sin licencia en donde no se respetan las normas mínimas de bienestar animal.

«La industria de la carne es responsable de la destrucción de los principales hábitats de nuestro planeta, y es responsable del sufrimiento de millones de animales. Nosotros podemos ayudar a parar estos incendios y la crueldad animal ahora mismo dejando a los animales fuera de nuestro plato”, dijo el actor mexicano, Eugenio Derbez.

La deforestación ilegal es un síntoma de la escasa regulación que existe actualmente en la industria cárnica de Brasil.

El gobierno actual es reconocido por fomentar la explotación de los bosques y los animales brasileños sin tener en cuenta las prácticas sostenibles. Por ello, los ganaderos y agricultores se sienten protegidos por este gobierno. Además, el gobierno ha reducido el presupuesto asignado al Ministerio de Medio Ambiente y con los incendios récord de los últimos años también ha reducido la inversión en la prevención y lucha contra estos incendios, denunciaron.

El equipo de Igualdad Animal en Brasil está pidiendo al Congreso Nacional de ese país que apruebe una legislación la cual obligue a los productores brasileños de carne de vacuno a hacer un seguimiento minucioso de sus cadenas de suministro, para evitar que se produzcan matanzas ilegales y crueles de animales y la destrucción del medio ambiente.

Ante la falta de acción del gobierno brasileño, las oficinas de Igualdad Animal de todo el mundo también están trabajando en sus respectivos países para ejercer presión sobre Brasil desde el exterior, por lo que demandan sistemas de control transparentes, que permitan a las autoridades y a cualquier ciudadano verificar el origen de los animales criados para la producción de carne y las condiciones en las que fueron criados y matados.

Así como una demanda para que los socios comerciales de Brasil en todo el mundo dejen de importar productos procedentes de estas prácticas crueles y destructivas y poner fin a todas las subvenciones de los productores de carne que están causando estas deforestaciones.

Con información de Milenio