Es una luz en el camino, luego de que nos golpeara fuerte el cierre de las escuelas, el ramo papelero fue muy afectado y no sólo las papelerías, los que venden uniformes, zapaterías, tiendas, transporte, gasolina, ya que las escuelas mueven mucho la economía, aunque se entiende que ante la pandemia lo primero es la salud y teníamos que resguardarnos y ahora es tiempo de recuperarnos poco a poco, porque esto legó para quedarse”, expresa Don Nico, como se le conoce en la colonia.
Ahora, además de insumos para la escuela, vende geles, cubrebocas y aquellos productos necesarios en estos tiempos de pandemia.
Como el señor Nicolás González están muchas papelerías que han tenido que adaptarse y aguantar por 531 días el cierre de las escuelas.
José Ramón Carnicero González, vicepresidente de la Asociación de Papeleros de Querétaro comentó un 30 por ciento de las papelerías del estado tuvieron que bajar la cortina.
Definitivamente cerraron todas las papelerías que estaban al interior de una escuela, y muchas papelerías pudieron subsistir gracias a que ampliaron sus giros, se volvieron dulcerías, mercerías, paleterías. De 2 mil 400 papelerías registradas un 30 por ciento tuvo que cerrar y el resto tuvo, en muchos casos, que adaptarse”, dijo el representante del gremio.
De ahí la importancia de que el regreso a clases, todas las papelerías, sobre todo las pequeñas y medianas puedan recuperar algo de lo mucho que perdieron.
El señor Nicolás González y su negocio han visto pasar a muchos estudiantes, familias completas que en sus anaqueles y vitrinas han adquirido productos útiles para el aprendizaje, pero para el papelero el aprendizaje mayor es aprender a convivir con la pandemia.
Esto llegó para quedarse, por lo que debemos aprender a adaptarnos, a vivir con esta circunstancia, entender que lo primero es la salud por lo que debemos cuidarnos, vacunarnos”, comparte con la experiencia adquirida.
Don Nico sabe también que la tecnología, como el uso de Ipads, computadoras, pega también en los productos que vende una papelería.
La tecnología y los sistemas electrónicos vienen a sustituir esto y más al no haber clases presenciales, pero esperemos, si todos hacemos lo que nos corresponde, salir pronto y con un aprendizaje de todo esto”, finalizó el señor González para poder atender a unos clientes que regresaron a su negocio después de 500 días.
Con información de Excelsior