Janet Jackson y Justin Timberlake al final de su actuación en la Super Bowl© Bang Showbiz Janet Jackson y Justin Timberlake al final de su actuación en la Super Bowl 

En esta ocasión no se trata de su antigua novia de la adolescencia, con quien él se disculpó hace meses por no haber «hecho lo correcto» mientras se la sometía a un acoso sin precedentes para beneficiarse, en su lugar, de un «sistema misógino», sino de su antigua compañera de dueto Janet Jackson y del polémico momento que protagonizaron juntos en el intermedio de la Super Bowl de 2004.

Aquella actuación acabó con Justin arrancando parte del top de cuero que llevaba puesto Janet para dejar al descubierto su pecho, adornado con un llamativo piercing en forma de estrella. La hermana de Michael Jackson se enfrentó entonces a una polémica que le costó contratos de trabajo y una invitación a los Grammy, aunque irónicamente Justin pudo seguir adelante con su carrera sin mayores complicaciones tras disculparse públicamente asegurando que había sido todo un accidente. Incluso se le invitó a cantar de nuevo en el evento deportivo en el 2018.

Ahora el estilista que se ocupó de vestir a Janet aquel día ha roto su silencio para confirmar que no se trató de ningún imprevisto y que el antiguo componente de NSYNC sabía perfectamente lo que estaba haciendo, sin importar que más tarde asegurase que lo ocurrido le había pillado completamente por sorpresa.

«Era un trabajo por encargo. Me contrataron para hacer un trabajo, e hice exactamente lo que me pidieron», ha asegurado Wayne Scot Lukas en declaraciones al portal ‘Access Hollywood’. «Si trabajo con alguien que es bailarín, tiene que poder bailar con su vestuario, y no puede caérsele bajo ningún concepto. Mi trabajo es usar broches y pasadores y velcro para que todo se mantenga en su sitio incluso si se le olvida encajar algo en un cambio rápido de vestuario. Mantengo al cien por cien mi historia de que hice exactamente lo que debía hacer, aquello para lo que me contrataron».

Lukas insiste en que un profesional como él, con una tarifa que rondaba los diez mil dólares al día, nunca podría cometer un error así y no ser despedido automáticamente. En su caso, él siguió trabajando con Janet durante otros seis años y solo tiene buenas palabras para ella. No sucede lo mismo con Justin, a quien aún no ha perdonado por su traición para salvarse de la indignación generalizada que causó el pecho desnudo de Janet.

«No hemos hablado desde que me echó la culpa. Bajó del escenario y dijo: ‘Es solo un pequeño fallo de vestuario. Todos queremos dar algo de lo que hablar’. Y cuando dijo eso, pensé: ‘Se acabó, adiós a nuestra amistad’. ¿Un fallo? Yo no cometo fallos», ha afirmado.

Con información de Bang