El paso de los huracanes Eta e Iota en menos de dos semanas por Centroamérica deja a miles de personas todavía más expuestas al COVID-19, sobre todo para quienes han perdido el cobijo de sus casas y se enfrentan desde refugios temporales a un virus que ha segado miles de vidas en América.
Oxfam alertó este miércoles que el istmo, con 260 mil positivos hasta el momento, puede sufrir un posible aumento de contagios como “consecuencia de los huracanes y el hacinamiento en albergues” donde calcula que hay unas 30 mil personas.
⚠️ #Eta #Iota | Los dos huracanes que han golpeado Centroamérica en las últimas dos semanas han destruido cultivos de subsistencia y de pequeñas productoras en comunidades con altos niveles de hambre y en situación de pobreza. https://t.co/FCpYOMWgAj
— Oxfam en español (@oxfam_es) November 18, 2020
La situación en Centroamérica empeora el panorama del continente, con cifras que dibujan una gráfica ascendente, 23.5 millones de casos y 682 mil muertes acumuladas, según el reporte diario de la Organización Mundial de la Salud, a diferencia de la disminución de casos y muertes que vive Europa.
Por países, en América, Estados Unidos ha superado ya los 11 millones de positivos y muestra una tercera oleada de contagios; Brasil se mantiene en 5.8 millones, mientras que Argentina supera los 1.3 millones de positivos, y Colombia está sobre los 1.2 millones.
Desastres naturales no se detienen en pandemia
Centroamérica enfrenta la crisis sanitaria derivada del COVID-19, al mismo tiempo que atiende, con muchas limitaciones por su precario sistema de salud, las emergencias que han dejado en las primeras dos semanas de noviembre los huracanes Eta e Iota.
Distintas organizaciones no gubernamentales han mostrado su preocupación ante el efecto adverso que supone el COVID-19 y el paso de los huracanes. UNICEF alertó hace una semana sobre el riesgo de un aumento de la propagación de enfermedades, incluida el COVID-19, en los centenares de albergues habilitados en la región.
Por su parte, Oxfam hizo hoy un llamado a la comunidad internacional “para que haga efectiva” su ayuda a Centroamérica donde hay más de 260 mil casos registrados de COVID-19 y alertó que puede sufrir un aumento de contagios como consecuencia de los huracanes y el hacinamiento en albergues.
Se calcula que Eta, que llegó a ser un huracán de categoría 4, dejó en el istmo al menos 144 muertos, 120 desaparecidos, destrucción y suelos saturados de agua y más proclives a deslaves.
Los estragos causados por Iota, que llegó a la categoría 5, aún no han sido contabilizados, pero en Nicaragua ha dejado ya al menos 8 muertos.
A los desastres naturales, cada vez más virulentos por efecto de la crisis climática, se le suman la reaparición de enfermedades que tensan aún más los sistemas de salud, como en Paraguay, país que se prepara para una nueva temporada de dengue, que este año tendrá que convivir con el COVID-19.