Miles de hondureños, en su mayoría hombres y mujeres jóvenes con niños, iniciaron ayer la nueva caravana desde San Pedro Sula, la cual es la más grande desde el cierre de fronteras por la pandemia de covid-19.
Sin embargo, en Corinto, a metros de la frontera con Guatemala, los migrantes fueron detenidos por elementos de seguridad, quienes solicitaron pruebas negativas de covid-19 para poder continuar con el viaje.
«Entraron por Corinto, por ese puesto fronterizo porque las fuerzas de seguridad no lograron detenerlos e ingresaron al país», dijo Alejandra Mena.
Muchos de los migrantes usaron cubrebocas para evitar contagiarse o transmitir el nuevo coronavirus. Mientras que autoridades de México advirtieron que quien ingrese al país deberá someterse a los protocolos sanitarios y aseguraron que habrá sanciones de hasta 10 años de cárcel para quien no cumpla.
Con información de Milenio