El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró este miércoles que su gobierno respetará el techo de gastos, que limita el aumento anual de los presupuestos públicos a la inflación del ejercicio anterior, y consideró que la economía del país “está reaccionando” pese a la pandemia del coronavirus.
En una rápida rueda de prensa en Brasilia, Bolsonaro volvió a defender la agenda privatizadora de su Gobierno, de corte neoliberal y basada en una serie de reformas con el objetivo de destrabar la economía y equilibrar las maltrechas cuentas públicas del país, y señaló que seguirá apostando por “la responsabilidad fiscal”.
El presidente ultraderechista, en el poder desde el 1 de enero de 2019, consideró además que Brasil “está yendo bien” y la economía “está reaccionando”, pese al desplome observado en diversos sectores debido a la pandemia de COVID-19, que ya deja más de 104 mil muertos en el país.
Respetamos el techo de gastos, queremos la responsabilidad fiscal y Brasil tiene como realmente ser uno de esos países que mejor reaccionará a la cuestión de la crisis”, recalcó Bolsonaro.
Agregó que su Gobierno desea “el progreso, el desarrollo y el bien estar” del pueblo brasileño.
El mandatario mantuvo este miércoles una reunión extraordinaria con diversos ministros y políticos, entre ellos los presidentes de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y del Senado, Davi Alcolumbre, después de que dos secretarios estratégicos del área económica renunciaran a sus cargos la víspera.
En el rápido pronunciamiento tras el encuentro, el líder de la Cámara Baja reafirmó su “compromiso con el techo de gastos y con la buena asignación de los gastos públicos”.
Dentro de esa realidad, tenemos mucho que hacer y creo que, de hecho, reafirmando el techo de gastos, la reglamentación de los gatillos, nos dará las condiciones de mejorar y administrar nuestro presupuesto”, manifestó Maia.
Para el presidente del Senado, la reunión sirvió para “nivelar las informaciones” de la agenda de responsabilidad fiscal, que limita los gastos públicos.
El pronunciamiento se produjo en momentos en que el Ministerio de Economía, comandado por el liberal ortodoxo Paulo Guedes, atraviesa una “desbandada”, según calificó la víspera el propio ministro.
Salim Mattar y Paulo Uebel, hasta entonces responsables de las privatizaciones y las reformas administrativas, respectivamente, dejaron sus cargos y atribuyeron la renuncia a la demora de los procesos que les fueron encargados, lo que sembró dudas sobre el futuro de la privatización en Brasil.
Para 2020, analistas consultados por el Banco Central proyectan que la economía brasileña entrará en recesión, con una caída del 5.6 por ciento, aunque organismos internacionales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, son más pesimistas y sitúan esa retracción entre el 8 por ciento y el 9 por ciento.
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