La escena vivida el martes por la mañana en el nordeste de Siria, junto a la frontera turca, parece de película de acción:vehículos blindados a toda velocidad por el desierto, fuera de la carretera, unos con la bandera rusa y otros con la bandera estadounidense, en un juego de provocaciones. Los vídeos aparecieron el miércoles en Twitter y en ellos se aprecia cómo, en una loca carrera, dos blindados rusos cierran el paso a uno norteamericano, aparentemente causando una pequeña colisión.

Se trataba de dos patrullas que coincidieron cerca de Al Malikia, en la provincia de Hasaka; la rusa, apoyada por dos helicópteros a bajísima altura. La edición digital de Politico divulgó ayer un comunicado del Pentágono según el cual los rusos se habían comportado de manera no profesional y habrían cometido actos hostiles, violando los protocolos establecidos entre Washington Moscú para sus respectivas patrullas en el nordeste de Siria. Cuatro soldados estadounidenses, decía la nota, sufrieron ligeras contusiones.

El general Mark Milley habló con su contraparte rusa, el general Valery Gerásimov, para discutir el incidente. El Pentágono no reveló el contenido de la conversación, pero Moscú sí dio a conocer su versión, según la cual la patrulla de la policía militar rusa había notificado su ruta, a pesar de lo cual “y en violación de los acuerdos existentes, las tropas estadounidenses intentaron bloquear a la patrulla rusa”, por lo que ésta actuó en consecuencia.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), blindados de de EE.UU. se habían estacionado en las carreteras que conducen a al Malikia y Rumaila para bloquear el paso de la patrulla rusa.

En el vídeo, grabado desde un vehículo ruso, puede verse cómo dos vehículos estadounidenses dejan la carretera para intentar cerrar el paso a los rusos, que circulan fuera de ella. Los rusos no solo no se detienen sino que rodean a los norteamericanos, provocando la colisión.

El OSDH señala que existe una tensión creciente entre fuerzas rusas y estadounidenses en el norte y este de Siria, “en una escena que se ha convertido casi en rutina diaria”.

La presencia norteamericana sigue respaldando mínimamente a las milicias kurdas de Siria, mientras que los rusos apoyan al régimen de Bashar el Asad. Los jefes militares, y sus ministros de Defensa, mantienen conversaciones frecuentes para evitar el contacto entre las tropas y para ello disponen una serie de protocolos. El de esta semana ha sido uno de los incidentes más graves.

Con información de La Vanguardia