En el ranking global de Covid-19, Argentina ocupa uno de los peores lugares, al ubicarse dentro de los 10 países más afectados.
Argentina registró este miércoles 614 nuevos decesos por Covid-19 y superó los 100 mil muertos desde que se inició la pandemia, mientras los casos sobrepasan los 4.7 millones, según el reporte del ministerio de Salud.
El balance de muertos por Covid llegó así a 100 mil 250 personas, pese a que las infecciones muestran signos de ralentización mientras el país viene acelerando desde hace varias semanas su plan de vacunación.
La cartera sanitaria indicó que hay cinco mil 92 hospitalizados con coronavirus en unidades de terapia intensiva, con un porcentaje de ocupación de camas de adultos de 62.2% en todo el país, índice que baja al 60.1% en la Área Metropolitana Buenos Aires, que concentra un tercio de los 45 millones de argentinos.
En el pico de contagios de abril, la ocupación de las terapias intensivas superaba el 80% en todo el país.
En tanto, un total de 20 mil 605.189 personas recibieron al menos la primera dosis de vacunas. De ellas, cinco millones 113 mil 342 personas ya tienen la vacunación completa, de acuerdo al Monitor Público de Vacunación.
Esto representa el 60.85% de población mayor de 18 años vacunada y 45% del total de los argentinos.
Coronavirus en América del Sur
En el ranking global, Argentina ocupa uno de los peores lugares. Esta mañana, con una tasa de dos mil 239 muertes cada millón de habitantes, estaba dentro de los 10 países más afectados. Perú encabeza esa ominosa tabla, que incluye a otros países de la región en los primeros lugares. Brasil y Colombia están incluso peor que la Argentina. El virus no distinguió colores políticos y fue impiadoso con América del Sur: ninguna otra región se vio tan diezmada. Su daño se cuenta en muertes, pero también en el derrumbe económico y en los miles de chicos en edad escolar que vieron interrumpida su educación.
En la inmensidad de los grandes números se esconde el llanto de las familias que sufrieron pérdidas. El coronavirus fue cruel no sólo por lo contagioso y letal, sino también por la imposición de agonías en soledad a las que obligó, en especial al inicio de la pandemia.
Información: El Universal
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